La falta de perdon lo encarcelará a usted en su propio error. Hay otra alternativa. Usted puede perdonar a la persona que le ha herido, y seguir adelante con su vida. El perdón habre las puertas de la prisión y le deja libre de su pasado.
La falta de perdón engendra amargura. la amargura es un estado devastador que puede ser ligado directamente a la falta de perdonar. Usted se vuelve cáustico cuando alimente continuamente la herida que le causó esa otra persona. Los pensamientos malignos y memorias pertubantes le distorsionan a usted la visión de la vida. La ira crece de pronto y puede volverse rápidamente incontrolable.
Nadie desea que no amarguemos con respecto a aquellas personas que nos han hecho daño. El no perdonar nos destruye lentamente sin darnos cuenta. La ira y la amargura, que no se resuelven por nuestra negativa a perdonar, se hacen un cartel de bienvenida para consecutividad de problemas y más problemas.
Perdonar es la obra más honorable que hay que hacer. Elegir perdonar antes que el rencor nos disminuye o destruya. Por el contrario es noble y forma parte del pensamiento humano. Cuando perdonamos somos mejores.
Nunca descontemos que el hecho de que las emociones pueden crear una crisis de la voluntad. Lo vemos muchas veces como para negarlo. El acto de perdonar le proporciona a usted calma para dirigir su mente.
Hagalo usted verá como todos sus problemas se resuelven.
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