Perdonando ofensas repetidas. El amor y el perdón hallan su prueba más grande, y disfrutan su más grande cumplimiento en el matrimonio.
El perdón genera el amor en su más completa forma, cuando mucho se nos perdona, amamos mucho.
Guarde cuentas breves. Cada matrimonio debería tener sobre su lecho el texto: "No se ponga el sol sobre vuestro enojo" es decir perdone a su conyugue o acuestese tarde.
Haga lo posible por mantener la unidad. El matrimonio es distinto a cualquier otra relación. Solo en el matrimonio dos personas se forjan en una. Física, emocional y espiritual unidad. La falta de perdón estropea esta unidad en algún nivel. Las ofensas que no se aclaran estropean la unidad física. La falta de perdón interrumpe la unidad emocional. Lo peor de todo, la falta de perdón corta la unidad espiritual.
Si no hay perdón en el matrimonio, ustedes olvidarán adorarse juntos.
La unidad del matrimonio depende de que cada uno sepa perdonar a su conyugue, reataurando así, continuamente su unico compañerismo. El acto de perdonar es un modo maravilloso de experimentar la gracia de Diós. extendiendo el uno al otro lo que Diós, graciosamente, ha extendido a ambos.
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